Quizá los destellos de una esperanza mayor, o las gotas de algo latente que no han hecho más que mostrarse de manera fugaz. Destellos o gotas, forman parte de lo insólito, de los momentos y contextos diferentes y transformadores. Momentos que cambian rumbos y casi toda una vida por completo.
No encontrarse a uno mismo, vagar cual errante en busca de algo que hay en ti pero que no reconoces, no aprecias. Hacer visible lo invisible, lo que eres y no integras. Ir tras ese faro guía, esa luz capaz de alumbrar las zonas en sombra del alma y sanarlas con amor. Amarse a uno mismo, en toda nuestra complejidad, para abrazar todas las posibilidades que otorga la vida.
Situaciones, personas e instantes inolvidables, casi mágicos, sin un protagonismo aparente pero con una trascendencia capital. Figuran en ese camino que lleva al crecimiento personal.
Y son esos momentos transformadores los que permiten iluminar los periodos oscuros, hallar esa luz sanadora del alma y consumar la búsqueda del solitario.
No importa el tiempo que pase, o lo atrás que yo haya dejado las letras. Cuando entro aquí me emociono con todas y cada una de tus frases, que son puro sentimiento. Todos ellos los comparto.
ResponderEliminarBuscando la luz en cada paso, en cada sonrisa que se cruza.
Un abrazo fuerte.
Y la más importante, la luz que llevamos dentro, esa que casi siempre no apreciamos...
EliminarMuchas gracias de corazón por estar, Yaiza, y por apreciar lo profundo que hay en mí. :)