domingo, 23 de junio de 2013

El anhelo del alma

Momento de buscar lo que semanas atrás no me planteaba, o más bien pasaba inadvertido como sombras en la oscuridad. Invade una sensación de ruptura de ciertas estructuras que me parecían inquebrantables. La serenidad del  autocontrol se ve alterada por una evolución propia que lleva a plantearme nuevos desafíos y nuevas rutas.  El cambio supone una transición de una vida relativamente pasiva hacia una activa. Nuevos ámbitos de la vida se abren ante mí, lugares por explorar, situaciones por experimentar, sentimientos por descubrir.

Una conversación, una reflexión necesaria para avanzar, para crecer, para poner la semilla del nuevo ciclo, muy diferente al anterior. Hasta ahora me he planteado todo desde el YO, desde la autosuficiencia. El caracter de lobo solitario siempre ha sido dominante en mí, ha formado parte de mi vitalidad.  Pero desde hace una semana noto un hueco vacío, me noto incompleto, falta algo que va más allá de uno mismo. Sin encontrar ese algo mi felicidad sería una obra incompleta. Es el despertar interior del anhelo del alma por reencontrarse con su parte perdida u olvidada.


La vida antes no tenía sentido sin mi individualismo. Ahora sé que debo romper esa barrera, para ir a más, para poder seguir construyendo mi felicidad y no sólo reconstruir el anhelo del alma, sino cumplir mis sueños. Así es el inexorable paso del tiempo...